martes, 24 de agosto de 2010

The September Issue


Agosto está por terminar y, con ello, un año más de mi fantástica vida que espero que se vaya y no vuelva nunca más tocando los cojones conejos.
Ayer me descargué la película que da título a esta actualización. La verdad que no fue por otra cosa que simple curiosidad, pero a la una de la noche, ojiplático perdido que me hallaba, me enganché y no pude por menos que terminar de verla. Ahora soy fan de Grace, y odio un poquito a la señora Anna Wintour (ambas en la foto).
Así que aunque no os guste/entusiasme/apasione la moda y todo lo que esta acarrea, el documental no tiene desperdicio, aunque solo sea para valorar el esfuerzo que conlleva sacar a la luz algo tras meses y meses de trabajo (aplíquese a lo que cada uno prefiera), o disfrutar con las sesiones de fotos que se montan los de Vogue.
Yo, de momento, voy preparando mi propio 'september issue'...

miércoles, 18 de agosto de 2010

corazón de nuez



(...) Lo más sencillo sería preguntar. Preguntar sin miedo antes de caer en el error (en este caso, sí, error) de sacar nuestras propias conclusiones y desviar la observación por otros derroteros. Es curioso observar como la mayoría de las veces esto no ocurre. ¿Cuántas veces somos capaces de preguntar? Es más una cuestión de miedo o de vergüenza que otra cosa; incluso de cabezonería, me atrevo a decir. No vamos a caer en la tentación de preguntar, y arriesgarnos a que el otro piense que somos imbéciles y no entendemos nada. Hay una especie de fuerza oculta que nos impide formular una pregunta tan sencilla como “¿Qué has querido decir?” o “Explícame ese comentario”, y nos lleva a lanzarnos sobre la yugular de nuestro compañero con algún que otro comentario que eche en cara, potencie, o se superponga al anterior. Y ahí empezó la bola de nieve. Nos tiraremos horas intentando arreglarlo, hablando y hablando de ello sin darnos cuenta de que con un gesto tan simple como el mencionado antes nos hubiésemos ahorrado toda la tontería.

Raúl HERNANDEZ ESTEBAN, Divagando en el laberinto (y otras patologías mías)

martes, 10 de agosto de 2010